octubre 11, 2009

Una metafísica de la política

Hegel, Carl Schmitt. Lo político: entre especulación y positividad. Jean-François Kervegan. Alejandro García Mayo traductor. Escolar y mayo editores, 2007, Madrid 343 págs.
....lo que tiene Hegel es una metafísica que es una política. Hegel, desde joven quiere ver hasta qué punto el concepto llega a ser real, en qué sentido llega a ser una intromisión en el mundo y no mera especulación abstracta, su crítica a los otros románticos…. tenía claro que lo suyo era una metafísica pero lo que es más importante para poder considerar a Hegel bajo la lupa de los juristas es que además su metafísica es de sesgo político y no elude el hecho sino que más bien lo justifica. Lo que significa que lo político también es algo ineluctable tanto para Hegel como para Schmitt. Schmitt propone una metafísica que no termina con el cierre dialéctico, movimiento lógico propuesto por Hegel, no puede ser una negación reflexiva sino una positividad. No va más allá de la positividad pues elude la dialéctica, porque el acto de la decisión es positivo y no requiere un tipo de fundamentación reflexiva ni la búsqueda de la sustancia más allá del acto mismo de decidir. Hegel ya propuso la superación de los dualismos, su sistema es el intento de superar el dualismo kantiano haciendo vivir lo mismo y lo otro en la idea, lo que significa que “únicamente una identidad políticamente mediatizada por su otro, el pluralismo social, es conforme el principio de la vida ética moderna, la libertad objetivada según la universalidad”[1]. Pero es ese mismo movimiento el que a la vez lo acerca y lo aleja del pensamiento de Schmitt, en quien encontramos al jurista, al político que igualmente no elude sino que busca la metafísica. En palabras de J-F. Kervegan la visión decisionista de Schmitt es “…igualmente una metafísica de la positividad”[2] con esto se destaca el paso metodológico. Hegel es necesario, aún con las ambigüedades que le atribuye, necesario pero para el interés schmittiano no basta. El cierre dialéctico lo justifica todo hasta el punto de hacer pasar por mera accidentalidad la excepción, borrando su carácter de origen. La dialéctica oculta el “o bien…o bien” de la decisión, pasa más allá de la positividad para negar poniendo, lo que complica y no deja lugar al dualismo. Pero la ambigüedad de Hegel que es la dialéctica hace de él a la vez “el filósofo más grande”. Si bien para Schmitt es importante metodológicamente mantener los dualismos su razón es propiamente que en dicha tensión se justifica con mayor fuerza el deber de Estado, el mantener la unidad (lo bueno es la unidad dice Schmitt en un texto de 1951 La unidad del mundo[3]), unidad que para Hegel es la efectuación de la esencia ética.
Sin embargo pese al interés por la unidad efectuada en el Estado, Hegel no considera la excepcionalidad ni como origen, ni como fundamento, aun cuando podamos reconocer en la filosofía hegeliana la consideración del error, de aquellos hechos que no manifiestan la forma o esencia ética. La excepción no es lo fundamental, lo político es sustancial, la esencia ética, es sustancia ética como lo quiso también Aristóteles. Schmitt no puede situarse en la sustancia pues ella no daría lugar al carácter excepcional del acto de decisión pues “lo político no tiene sustancia designa solamente la potencia conflictiva inherente a las prácticas humanas. No localizable lo político es en potencia omnipresente”[4]. Un pensamiento sustancial de lo político implica encauzar la excepción lo que es hacerla racional, quitarle el carácter propio de excepción. Schmitt quiere ir contra el positivismo formal, contra la abstracción de la norma, pero no quiere acabar con el dualismo pues es el fundamento de su visión política, sacar la tensión para colocar la justificación racional quita el valor del evento. Su cercanía con Hegel es más un aire de familia, es más un interés por la unidad antes que tomar de él todos los pasos dados que conllevan una visión more liberal. Pues si bien al pensar en el liberalismo de Hegel debemos recordar el paso por la sociedad civil no debemos olvidar que es un paso que intenta superar mediaciones para llegar a lo que es realmente el momento culmine de la vida ética, el Estado, aquello que comporta unidad. Un análisis de los escritos juveniles de Hegel nos puede mostrar las tensiones aún no superadas plenamente, el dualismo, factor interesante para Schmitt; pero, aunque encontremos antecedentes de dualismo no podemos olvidar que ya en dichos escritos se encuentran lo que será el desarrollo lógico de la mediación y superación (Aufhebung) retomado por la filosofía del derecho. Aufhebung que difiere de la complexio oppositorum schmittiana.
[1] KERVEGAN op. Cit. p316
[2] Ibid. p 326
[3] SCHMITT, C. La Unidad del mundo conferencia pronunciada en la Universidad de Murcia 1950-51. Murcia, Universidad de Murcia, 1951.
[4] KERVEGAN op. Cit. p 322
Extracto de reseña publicada en Revista Res Publica nº21 año 2009. Texto completo en