marzo 04, 2010

Terremoto / Réplica


Tal como se siguen sintiendo replicas del terremoto del fin de semana allá en Chile, las sigo sintiendo yo a lo lejos. Este fin de semana nos levantábamos con esa triste noticia. Nuestro desayuno era acompañado por el alarmante estado de un amigo en Facebook TODOS BIEN? AVISEN…. Las mayúsculas cumplieron su función y lo primero que hicimos fue hacer clic en las noticias nacionales chilenas, donde el titular decía de un terremoto grado 8,5. El ser madrugadores y la pronta preocupación de un afectado permitieron reaccionar con rapidez y tener conocimiento al menos de la familia, eso a tan solo una hora y media después del suceso. Todo aquel o aquella con quien hablamos aún estaba en estado de alarma pese a no haberse encontrado en el epicentro y estar todos bien. Los testimonios eran angustiantes supimos de cómo se movían los edificios alrededor de la plaza de Ñuñoa y del quiebre masivo de sus vidrios. Nos conmovió ver la fachada del MAC y el barrio Concha y Toro destruidos, finalmente somos santiaguinos. Pero el mayor desplome de nuestros corazones ha sido ver todo lo que sucede en la VI-VII-VIII regiones. Tenemos aún una inquietud que no cesa por tener al menos 5 conocidos que estaban en la zona más afectada, uno de ellos en Cauquenes en el funeral de la abuela, los otros tres son una familia que vive en Curicó. Fuimos teniendo noticias de a poco y son relatos para dejar helado.
Ayer escuchaba por las noticias la polémica de la responsabilidad acerca del aviso sobre el tsunami, en las mismas noticias oigo testimonios de sobrevivientes lugareños que comentan como ellos estaban preparados para enfrentar una situación así sin necesitar obedecer una alarma. Los turistas, las visitas fueron principalmente las víctimas fatales, podemos contar con orgullo con muchos supervivientes para un terremoto de esta envergadura. Complemento sus testimonios con la propia experiencia de uno de mis amigos sobrevivientes, la angustia que sintió esa gente que logro escapar del tsunami mientras veía a lo lejos como la ola se tragaba a niños a mujeres y hombres, como iban desapareciendo a lo lejos en una masa de agua oscura la luz de los automóviles de familias o personas que intentaban arrancar. Desde lejos vimos la actitud de Bachelet de llamar a estado de excepción como una respuesta pronta al saqueo. Me fui enterando por las vías no institucionales sobre las noticias, es decir, desde la propia gente afectada, cuando alguno lograba dejar mensaje público. Complemento nuevamente con los testimonios que cuentan como en los pueblos más pequeños están en una violenta lucha sin ley armándose ellos mismos para generar protección y calma. Tampoco está ausente la otra cara, así como se comen se ayudan. En principio ingenuamente pensaba que no se necesitaba una prevención al desorden civil, sin tomar en cuenta que podría suceder lo obvio, es decir olvidando lo que es la naturaleza humana que, cuando está en peligro, suele reaccionar protegiendo la vida y buscando poder. Si bien respecto a esto sigo atenta las polémicas también sé que los medios han exagerado mucho este punto sobre todo algunos canales extranjeros en que se pone en alarma sobre Santiago y no se dice nada de la faceta solidaria. Respecto al tsunami la cuestión no tiene muchas vueltas que dar en relación a lo que se debió haber hecho. Sin pensar que es un problema de autoridad de Bachelet, creo que se debiese investigar todas las instancias y no tan solo quedarnos con el mea culpa ya expresado. Qué importa no comprender una señal militar, qué importa pensar que es una posibilidad muy remota el tsunami si ya se estaba viviendo una posibilidad muy remota viendo caer pueblos enteros. Mejor prevenir, mejor ser exagerados cuando se juega con la vida de otros teniendo datos de rango.

*la imagen aparece en el espectador

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