enero 06, 2011

Sobre el aborto


Hace poco comenté entre amigos chilenos y alguna española que no sentía un choque cultural viniendo de Chile a España. Les tocó mi comentario y, claro está, uno de los argumentos que esgrimían a favor de un golpe cultural era que, acá estaban más avanzados respecto del tema del aborto. Aunque mi comentario no iba específicamente por el tema legal sino más bien como una caracterización de la sociedad, debo reconocer que en cuanto a leyes así es. No obstante, he estado presente en conversaciones coloquiales entre españoles de los lugares en los que he vivido (que no son Madrid ni Barcelona y son comunidades PP) en las que no deja de haber un prejuicio moral fuerte, también hay gente que no lo tiene. Ahora, es imposible abstraerme del debate acerca del aborto que se ha dado en Chile los últimos días a raíz de la petición de aborto terapéutico de una chica embarazada que finalmente perdió a su bebe por la causa de la que siempre se supo moriría. He leído varias columnas y algunos de los comentarios. Me ha impresionado tremendamente una cosa, la mayoría de los comentadores son hombres, así mismo la mayor parte de ellos apoyan el aborto. De las mujeres que comentan la mayoría están en contra del aborto. Me impresiona el tipo de discusión porque más allá de lo que diga la ley, el aborto es usual en Chile. En el fondo prohibirlo no significa prohibirlo de hecho si no que taparse los ojos respecto del crecimiento y las necesidades de una sociedad. Que la ley no lo permita no significará que la gente deje practicarlo dentro de Chile clandestinamente o, en los países vecinos del modo que sea. Por otra parte, seguimos muy poco aventajados por el camino de la paridad, no están las condiciones para que las mujeres queramos sin dudar ser madres.. Si el aborto se sigue penalizando tal cual está, seguirá sucediendo lo mismo, que los que tienen dinero lo podrán pagar en condiciones mejores (dentro de ellos los que alegan el derecho a la vida harán un paréntesis) mientras que las y los demás seguirán recurriendo a lo de siempre.

1 comentario:

  1. La ley de femicidio, dictada hace unos meses en Chile, asume que este ocurre cuando una mujer es asesinada por su pareja varón.
    Ahora, si consideramos por femicidio a la muerte de una persona por ser mujer, deberíamos considerar otros fenómenos como la cantidad de mujeres que mueren realizándose abortos clandestinos en condiciones insalubres o la cantidad de mujeres que muere siendo violentadas por quienes no son sus parejas, por ejemplo, ejerciendo la prostitución o producto de una violación.
    Por último deberíamos incluir a las “mujeres pérdidas” consideradas por Amartya Sen. El argumento de Sen se puede resumir así: en condiciones iguales de acceso a salud y alimentación, en una sociedad deberían haber 102.2 mujeres por cada 100 hombres (en Europa y Estados Unidos hay 105 por cada 100), pero la distribución desigual de estos bienes tiende a jugar en contra de las mujeres, llegando en países como India a números de 92.7 mujeres por cada 100 hombres.
    De esta forma, si consideramos las mujeres que deberían estar en condiciones normales (igualitarias), vemos que hay millones de mujeres pérdidas. Para el año 2000, había se calculaban 4.4. millones de mujeres pérdidas y 44 millones en China.

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