octubre 08, 2011

Educación y gratuidad


Respecto de la polémica que se ha dado de la gratuidad de la educación parece sorprendente que se piense que eso solo beneficiaría a la clase más rica. Si bien es cierto que sus hijos tendrían la posibilidad de estudiar gratis la formación universitaria y también la educación primaria y secundaria tal cual todos los demás, eso no significa restarle un beneficio a las clases con menores ingresos. Resulta interesante contrastar esto con los países europeos, pensando por ejemplo en España donde es posible matricular a un niño en colegios públicos, concertados (como los subvencionados chilenos, se paga un poco y razonable) y privados. En España no sale tan caro pagar una carrera en la medida que el estado subvenciona los aranceles y si bien con la crisis esto se ha visto diferenciado en algunas comunidades autónomas que solo consideran la subvención estatal cuando se es un nacional. Respecto de la educación y otros temas sociales se está poniendo complicado por recortes importantes, pero aun las cosas no van tan mal. Hay varios ejemplos aún más cercanos, México, Argentina o Brasil entre otros. Pero un contraste más fuerte que muchos dicen que es imposible para países como el nuestro que paradójicamente se pone de ejemplo para destacar que esta bien disminuir horas de asignaturas humanistas, se da al pensar en los países nórdicos. Hoy mismo me topaba con un link en facebook que explicaba el sistema educacional de Finlandia haciendo hincapié en los métodos educativos que estimulan la participación cívica y la reflexión antes que la memoria, además, y esto es lo más importante importante, que se fundamenta en la confianza*. Pienso también en el caso de Dinamarca, en donde la educación primaria y secundaria es la misma para todos de modo que el 90% de los colegios son públicos y solo un 10% privados, este sistema educativo no separa a los alumnos ni por condición económica social, ni por capacidades intelectuales (como por ejemplo en Suiza). La idea de los daneses es que los niños y jóvenes se eduquen con roce social, es decir aprendiendo a tratar a todos los agentes de una sociedad, aquellos que serán empresarios, políticos, humanistas científicos, barrenderos, camareros, etc. (esto, en España, se da menos que en los países nórdicos pero mucho más que en Chile). Considero que este roce es el que puede educar cívicamente y no una catequesis de valores a los que seguir y que evidentemente pueden cambiar. Para que las cosas funcionen de esta manera los daneses, los nórdicos en general pagan impuestos altos, pero saben que eso tiene un beneficio y ese beneficio es el estado de bienestar que poseen, es: tener agua propiedad de todos, no manipulada por empresas transnacionales, tener educación de la misma calidad y gratuita para todos, y, por supuesto, un sistema de salud. Como todo país tienen sus problemas y hay asuntos que les parecen injustos pero jamás transarían los derechos sociales que poseen, que les permiten vivir en un país seguro y educado cívicamente. Pensar que Chile no está preparado para algo así es impedir el crecimiento de un país que alberga personas autónomas que saben guiarse a sí mismas. Así, este caso de los países nórdicos tiene que ver fundamentalmente con el mal entendido que se está haciendo tan masivo por estos días que se refiere a las reformas tributarias. ¿Por qué parece molestar pagar impuestos más altos si se asegura salud, educación y que los bienes naturales están protegidos? Además y, esto me parece central ¿estaría mal que, en el futuro esperemos cercano, chicos y chicas se educaran aprendiendo a tratar con otros distintos? Hasta hace algunos años los llamados colegios emblemáticos poseían esa característica, si bien no asistían muchas personas provenientes de familias ricas, si se daba un roce social diverso y esa es una enseñanza que da la mejor lección de civilidad.


* Cuando decimos confianza y educación cívica más abajo la referencia es a la relación con los otros

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