mayo 29, 2011

Indignados, democracia real

Causa cierto desconcierto que tras el fenómeno del 15-M el PP se quede con la mayoría de los gobiernos autonómicos. Causa ese desconcierto en la medida que se ha dicho –y el PP mismo le temía- la mayoría de los que impulsaban la movilización son jóvenes de algo así como izquierda, aunque esto en rigor no son solo jóvenes. También están los mayores de 60 y yo misma vi una gran cantidad de personas de diferentes edades y situaciones sociales. Acá en Valencia cada atardecer se llenaba de familias, se veía bastante público infantil y eso es relevante en la medida que la edad media de los padres y madres españoles está más o menos por los 35. Asombra especialmente aquí en la medida que Valencia ha enfrentado varios casos de corrupción con su actual gobierno que se repetirá los próximos cuatro años. Me tocó ver una marcha contra la corrupción de Camps bastante masiva, y aún así es él, un PP, quien sigue a la cabeza de la Comunidad Valenciana. Lo que pasó con el resultado de las elecciones muestra un desencanto con la clase política que no tenía porqué significar el triunfo del PSOE. Muestra un desencanto que hacer ver tanto PP y PSOE en la misma línea de batalla, es como tantos pensaron al votar por Piñera en Chile, no fue raro encontrarme con comentarios como estos: ¿entre qué estamos escogiendo? ¿detergente liquido o en polvo? Hay que plantearse seriamente qué hace que las personas piensen que da lo mismo ser gobernados por uno y otro partido. En el fondo sus diferencias, que son fuertes, parecen llevar a que los extremos se junten, la corrupción de la clase política se da en uno y otro. Así las cosas para entender la “Spanish Revolution” hay que pensar que la gente se está movilizando por una cosa muy distinta que apoyar a una clase política, tampoco tiene a la vista un líder carismático –además Zapatero ha hecho todo para dejar de ser la imagen esperanzadora de la cabeza de un Estado, y desilusionar a la ciudadanía- sino que muy por el contrario persigue un ideal que evidentemente no se ha encarnado y con el que espera poder reglamentar. Puede ser, incluso, intimidante el mensaje tras los resultados que se lucía en el muro de Democracia real ya

Queremos recordar al PP que el hecho de haber ganado estas elecciones no debería suponer un cheque en blanco que sirva para olvidar las cuestiones que indignan a gran parte de la ciudadanía. Teniendo en cuenta que la participación ha sido del 65% y el porcentaje de voto del PP dentro de este porcentaje del 37%, solo uno de cada cuatro ciudadanos en edad de votar han dado su confianza a esta opción política.



No hay un intento por hacer votar de un determinado modo, lo que hay es una indignación porque no se tiene escapatoria. En ese sentido asistimos a un momento histórico en la medida que los que se movilizan no están reprimidos por una dictadura, están aplastados por el sistema global de mercado y se sienten desprotegidos por una clase que le saca partido al mercado sin otorgar posibilidad de perseguir los ideales a una clase media, a profesionales. Lo que hace estallar el descontento es la falta de futuro, la cesantía que se tapa con las becas o ayudas de estudios de master o doctorado y ¿doctorado para qué? ¿master para qué? No todos quieren estudiar, varios solo marcan el paso para trabajar y el gobierno les pide tranquilidad que en "algunos años" (10, 20 o ¡¡¡30!!!) por fin tendrán trabajo, algunos por primera vez. En el fondo creo que hay un ideal de justicia que levanta este interés de dignidad, este ideal nace del descontento y por eso están indignados. En España no podríamos ver hoy en día un homogéneo sentimiento de identidad nacional, algo así como eso se ve en cada comunidad autónoma pero no reflejado en un sentimiento de simplemente ser español. Sin embargo el movimiento que estamos viendo refleja que si hay una identificación entre los españoles aunque está no sea del tipo nacional. Lo hemos podido ver, por ejemplo, en la respuesta pacifica de apoyo que se dio desde Madrid a Cataluña (Barcelona especialmente pero también Lleida) en contra de la violencia de los Mossos d’esquadra. Incluso siendo extranjera, aunque con un contexto cultural similar, no puedo sino sentirme conmovida y de acuerdo con este movimiento y, sentir eso, no es raro, no hay que olvidar la manifestación griega de la semana pasada frente al parlamento de Atenas. Es interesante lo que sucede con los indignados en la medida que la fuerza del movimiento radica en la propia idea de democracia como reivindicación de justicia. Leía en una columna de opinión que el PP se lleva una difícil tarea pues se queda con un país herido, la salida de tanta gente diversa a la calle es el reflejo de esa herida, una herida que como decía antes siento en cierto modo como propia y no por vivir en España sino que porque volveré a mi propio país en el cual me veré afectada por lo mismo. Y lo que los (nos) mueve es justamente esa herida es una falta que se quiere reglamentar no importando quién sea el que los gobierne pues el resultado de las elecciones nos demuestra que sienten que son los mismos.

4 comentarios:

  1. Algo habías insinuado acerca de la existencia de este blog con Sebastián y Ernesto. Excelente iniciativa e interesante columna

    ResponderEliminar
  2. Carolina, te felicito, el ejercicio de la reflexión con respecto a lo que nos pasa a diario y no afecta es un valor tremendamente importante y llevarlo al papel y compartirlo públicamente mas aún, espero se genere más debate. Una abrazo

    ResponderEliminar
  3. Copio un comentario de una amiga, española residente en Chile:

    Es verdad que puede parecer desconcertante que por un lado se dé un movimiento social como el 15 M, y por otro, el PP haya arrasado en las elecciones. Esto puede explicarse por varios factores. Primero porque el PP tiene una base electoral muy fiel que independientemente de lo que hagan siempre van a recibir sus votos, no hay voto de castigo; y segundo porque cierta base electoral del PSOE se ha alejado de esta fuerza política al subordinar sus políticas sociales y económicas a los postulados del mercado, recortando cada vez más los derechos sociales de las personas. Sin embargo, el movimiento 15M, muy alejado del sistema partidocrático español, culpable de la actual situación en España, busca conseguir una sociedad más justa y solidaria creando instancias de participación donde exista un mayor control ciudadano ante la gestión de la clase política y donde sus voces puedan tener una verdadera incidencia, buscando transformar un sistema que los ha excluido durante mucho tiempo, y que fielmente ha sido defendido tanto por el PSOE como por el PP. De ahí, que en estas elecciones haya aumentado de forma considerable el voto nulo y blanco. Sin embargo, cabe decir que estos movimientos espontáneos, magníficos en sí mismos tienen dos peligros. Un primer peligro de ser instrumentalizados, de que los políticos metan la zarpa para ver que pueden sacar. El segundo peligro es que este movimiento no se agote en sí mismo, sino que tiene que tener un salto de calidad hacia delante, tienen que instrumentalizarse en cada barrio, en cada asociación de vecinos, en cada municipio, hacer propuestas y transfórmalas en positivo.

    Felicitaciones por la columna

    Mabel

    ResponderEliminar
  4. Es muy cierto el doble problema que indica Mabel, de hecho la gracia de este movimiento es su horizontalidad. En el momento que la pierda, esa democracia real que se pide tomará una forma más parecida a lo que critica. Sobre cómo vaya a decantar, he sabido de algún movimiento en barrios, vecinos ya pensando que podrían hacer, ocupando su espacio para expresarse, pero no se qué tan masivo será. Por el momento la plaza del ayuntamiento (15 de Mayo como le llaman) sigue acampada. gracias

    ResponderEliminar